miércoles, 25 de febrero de 2009

Dolor de Vivir (E. Montale)

Frecuentemente hallé el dolor: vivir
era el riochuelo estertoroso, agónico;
la llama retorciéndose en la pira;
el cabello en la ruta, inútil, roto.

Placer no conocí. Sólo el milagro
que obra la divina indiferencia:
la estatua erguida entre la somnolencia
tórrida, con la nube y el milano.


a Miguel A. (o Mijael)

El Bar de Encarna



Seguramente recordarán la escena. En la novela de Juan Marsé Últimas tardes con Teresa (1966), en el primer capítulo de la tercera parte, Teresa y sus amigos se reúnen en el bar Saint-Germain-des-Prés, en la zona baja, cerca de la Rambla.
-¡Encarna! -llamó Teresa, levantándose-. Una ginebra Giró y un vaso de leche.
Se oyó una voz cavernosa, aventurera y entrañable: "¿Una llet, nena? Qui és aquest animal que beu llet?"...
Pues bien, he aquí, en el centro de la foto, detrás de la barra del Saint-Germain-des-Prés, a la célebre Encarna. Sentados en sendos taburetes, a la izquierda, mi madre; a la derecha, mi padre (q.e.p.d.) (Foto tomada hacia 1960).




Jorge Ordaz

Mapamundi

Die Ordet




Carlt T. Dreyer

Cartón

Después de un tiempo retomamos el pulso. Estamos en crisis, como saben, y no hablo de la caida de la bolsa, del ascenso del paro o del descenso en la venta de vehículos. Estamos en crisis y, éso, se ve en los autobuses que repiten la misma película en la misma ruta diaria, en las firmas que piden cadena perpetua, en el peldaño superior de la tolerancia donde ya no se cabe, en los coches oficiales tintados para esconderse, en los periodistas que ejercen de filósofos y guías de esta era, claro, en los filósofos que no se encuentran, en los espacios sin humo, en la corrección política, en los contenedores para cartón: material indispensable del futuro, cartón.

miércoles, 11 de febrero de 2009

Its Decreed

People Have the Power

I was dreaming in my dreaming
of an aspect bright and fair
and my sleeping it was broken
but my dream it lingered near
in the form of shining valleys
where the pure air recognized
and my senses newly opened
I awakened to the cry
that the people / have the power
to redeem / the work of fools
upon the meek / the graces shower
it's decreed / the people rule

The people have the power
The people have the power
The people have the power
The people have the power

Vengeful aspects became suspect
and bending low as if to hear
and the armies ceased advancing
because the people had their ear
and the shepherds and the soldiers
lay beneath the stars
exchanging visions
and laying arms
to waste / in the dust
in the form of / shining valleys
where the pure air / recognized
and my senses / newly opened
I awakened / to the cry

Refrain

Where there were deserts
I saw fountains
like cream the waters rise
and we strolled there together
with none to laugh or criticize
and the leopard
and the lamb
lay together truly bound
I was hoping in my hoping
to recall what I had found
I was dreaming in my dreaming
god knows / a purer view
as I surrender to my sleeping
I commit my dream to you

Refrain

The power to dream / to rule
to wrestle the world from fools
it's decreed the people rule
it's decreed the people rule
LISTEN
I believe everything we dream
can come to pass through our union
we can turn the world around
we can turn the earth's revolution
we have the power
People have the power ...


Patti Smith



Vitoria (Euskadi)

domingo, 1 de febrero de 2009

Suma

SUMA

Los días no contaban para mí,
bastaba la palabra.
Yo escuchaba en cuclillas cómo alguna palabra
conversaba con otra.
No contaban los días.
Pero extravié palabras y los días me siguieron de
cerca con sus largos abrigos.
Yo iba mirando el suelo.
“Ese no cuenta el cuento”, vaticinaron unos.
Yo no escuchaba a nadie, yo contaba con ellas.
Los días fueron como trapos mojados en los pies.
Habité días feroces porque perdí palabras.
Eran contadas y eran, al fin, las que contaban
El tiempo es implacable.
El que pierde palabras tiene los días contados.




Jorge Boccanera

Death or Alive: Bring me the Disco King

David Bowie vuelve a 'encerrarse' en Berlín para preparar una nueva obra. En la capital alemana, el delgado duque blanco realizó hace más de treinta años el quizá mejor album del s.XX: Low.
Desde su último disco, Reality, han pasado ya cinco años, en este tiempo el artista no ha dejado de producir a otros músicos, de hacer cine y de exponer sus pinturas en distintas galerías de Nueva York. Bring me the disco king es la hermosa canción que lo cierra.

La Paca

La 'narco' Paca, el policía Pepote y su novia abogada

El macrojuicio contra un clan de traficantes en Baleares deriva en un enredo de guión de película
ANDREU MANRESA - Palma de Mallorca - 01/02/2009

La Paca se sacó un cúter del delantal y rajó una oreja a Tomás, un yonqui al que su banda de narcos tenía encadenado en el poblado chabolista de Son Banya, de Palma. Al herirle, quiso lanzar un mensaje cruel a quienes le habían robado 6,7 millones de euros, un botín de dinero sucio, procedente de la droga, oculto en un agujero. "Se relata como un alarde de hegemonía", explicó uno de los abogados de Francisca Cortés, de 53 años, viuda, jefa del clan de La Paca, que reúne a seis hijos y cinco hermanos, además de cuñados, sobrinos y primos.

La policía asegura que es la narcotraficante más conocida de España.
La matriarca inició su escalada delictiva en los años 70 al escabullirse con un carro y un jamelgo por el campo y dejar tiradas a tres patrullas de la policía. Ahora, en su caseta con techo de uralita, con paredes revestidas de estucado veneciano, tenía un mono domesticado. Al ser detenida, gritó: "¡No, por favor, no os llevéis mi mono! Es bueno. Duerme conmigo en la cama. Le pongo dodotis". Además del mandril mordedor, guardaba 300.000 euros en billetes; la caja que genera un mercado cautivo: los cientos de drogodependientes que se abastecen en el súper marginal.

"De fechas no me hablen, no sé ni cuando parí a mis hijos", dijo Cortés, analfabeta funcional, de apariencia modesta, vestida con rebecas de color fucsia. "Es una persona lista, inteligente y tiene habilidades sociales. No todo el grupo es como ella", detalló su defensor, Carlos Portalo.

"¡Un poco de formalidad!", suplicó La Paca en el banquillo a su familia, inquieta tras dos semanas de juicio en el que afrontan penas de entre 28 y seis años de cárcel. "Señoría", dijo al juez, "¿puede pasar El Ico [uno de sus hijos] atrás". El joven, de 22 años y más de 140 kilos, tampoco sabe leer, pero conducía sin carné un Ferrari rojo y el Jeep Hummer que fue del futbolista Eto'o. En un pub disparó a un camarero, lo que quedó grabado en las cámaras de seguridad, y en otra ocasión embistió a un coche policial.

Cortés reconoce que en una época se dedicó "a la maldad" y asume que robó "para dar de comer" a sus hijos. Se casó a los 14 años y quedó viuda a los 30. Su marido, El Nano, y un hijo murieron víctimas de la droga. Cuando tenían el mono, ella les ataba a la cama. Otro hijo quedó incapaz. Ha sido detenida 11 veces -seis por tráfico de drogas- y tiene cinco condenas desde 1990: una por robo, a cuatro años de cárcel, y cuatro por narcotráfico, que suman once años.

"Es dura y sensiblera y, sobre todo, siente pánico a la cárcel", anotó un comisario. Por ello, en 2006, pactó un acuerdo con la fiscalía y asumió -con su clan- embargos y multas por blanqueo de capitales del narcotráfico. El auto desgrana la compleja malla de dispersión del patrimonio, a través de testaferros -menores, incapacitados, empleados- titulares de sus bienes: casas, terrenos, coches, cuentas, fondos del Tesoro, por valor de ocho millones.

La Paca y los suyos han visto volar varias veces su fortuna, decomisada. Y el clan dejó de invertir en bienes y acumuló los nuevos capitales fuera del sistema bancario: bajo tierra y en los falsos techos de las chabolas. Un hermano de la narco quiso comprar una finca "para los pobres" en Paraguay. La jefa está pagando una pena de 608.000 euros por blanqueo.

"Es la narcotraficante más conocida de España y una confidente de muchos años", reconoció ante un juez el jefe policial antiatracos José Gómez, Pepote. La llamaba "mi amiga" y confesaba una "relación muy estrecha". Pero existió una traición recíproca, palabras y pactos al otro lado de la ley. Ocurrió a raíz del robo, en 2006, de los 6,7 millones de dinero negro del clan, seguido del secuestro y tortura en Son Banya del grupo de supuestos ladrones.

El suceso casi fue público, con carreras callejeras, asaltos a casas y hoteles, partes de hospital. El caso hizo saltar las alarmas. La razzia y las represalias a seis personas -con la mutilación de la oreja- las dirigió Cortés, rodeada de su gente. "Cuando La Paca lo ordenaba, me pegaban", dijo una víctima. Y otra narró: "Un hijo paró los palos: 'la mamma ha dicho que no le toquen más".

Narcos, ladrones, un policía y un abogado acabaron en el mismo banquillo: La Paca, el inspector Pepote El Guapo -que tenía fama de valeroso en la comisaría- y su novia abogada, María Ángeles López, han sido sometidos en un macrojuicio con otros 22 familiares del clan. El fiscal Adrián Salazar definió el asunto como "un puzzle de guión cinematográfico".

La Paca y Pepote, confidente y policía, se buscaron y pactaron. La narco quería borrar el grave escándalo y sobornó al funcionario con 600.000 euros, pero ella le grabó la conversación donde se tramó el pago. "¿Hasta cuánto puedes pagar? ¿Les digo que [serán] 150 [millones de pesetas] la semana que viene?", inquirió el inspector. El dinero sucio era para su pareja, la abogada, quien debía indemnizar a los secuestrados. "¡Coño!, joder, quién se come los 15 años de prisión", chilló Pepote. La Paca sintió que el policía "le metía miedo (...) porque no era un cualquiera".

El operativo y la sangre fría de Francisca Cortés para cazar a Pepote son de cine: la matriarca de Son Banya le citó en una plaza, contactó con un policía local para que registrase el encuentro en vídeo y habló con un guardia civil retirado para que desde lejos controlara el encuentro.

La grabación de la charla la efectuó Manuela, La Guapi, -hija de Cortés-, joven y muy gruesa, que se escondió el aparato -un Mp3- entre los senos. Durante la charla, el policía recibió una llamada al móvil y su interlocutor notó interferencias. Las emitía el Mp3 que acunaba La Guapi, que sintió pánico.

Por su seguridad, la matriarca puso el aparato a buen recaudo, lejos de Palma; lo custodió un familiar en Valencia. La grabadora con la larga y clara conversación llegó a manos de un juez, envuelta en algodones de maquillaje. La Paca ejecutó su vendetta por hastío: porque se cansó de pagar fajos de billetes en mochilas escolares.

Primero abonó en una chabola 300.000 euros a la letrada López, en presencia de otros dos abogados. Un fajo de 6.000 euros cayó debajo de la mesa. Después se consumó otra entrega de 300.000 euros a Pepote, que dejó dos huellas en un sobre del dinero incautado. Hubo otra petición. La primera exigencia fue de 2,1 millones de euros y el fiscal cree que el clan los pagó. El policía niega haber tocado un euro.

"Yo he pagado 100 millones de pesetas y si hubiera una máquina de la verdad metería la mano", concluyó La Paca ante el tribunal y asumió su delito de cohecho. La novia del policía dice que sólo existió una negociación entre abogados. "Doña Francisca me llenaba el despacho de flores y plantas en agradecimiento", apuntó.

EL PAIS