martes, 25 de noviembre de 2008

Sal en El Coño del Mundo




Tanto morir antes de tiempo
para no saber nada de mi propia muerte.
R. Alberti


Sal



Aprovecharon el escondite del agua
entre la frontera de la piel y el sol
para entregarse al dictamen
de sus mandamientos
y bajo la frontera,
en un eclipse de satisfacción,
las pies arrugados de cantábrico
y los labios fríos y armados,
al fin vivos, en compasión.

Al emerger ya no quedaba sol,
ni mar, ni pies, ni piedras,
ni cuerpos, solo gestos
salados que, con pasión,
perdieron la fe.
Y en su hueco gris vertieron
trozos de ilusión,
relojes sin pilas,
pecados capitales,
mentiras limpias y
actos reflejos.

Y al llegar allí,
la sal encontró su destino:


provocar sed.



A Clara y Mercedes.

(De Asientos Resevados)




(La obra, titulada 'Retrato de un Desconocido', pertenece a la genial artista sevillana Mercedes Paz Esparza)

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